Lo que comenzó como una oportunidad para representar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el actual proceso electoral, terminó en una amarga experiencia para Dámaris Balcázar Díaz, quien anunció públicamente su retiro de la política tras denunciar irregularidades graves dentro de su propio equipo.
"Yo me sentí tan contenta hasta el mediodía... Me quitaron una venda de los ojos", expresó con visible decepción Balcázar Díaz, al relatar cómo descubrió que fue utilizada políticamente por figuras cercanas al regidor priista Ángel Valenzuela Rabelo.
La aún candidata reveló que, desde el inicio del proceso, fue inducida a firmar varias cartas poder en blanco, presuntamente por indicación directa del propio Valenzuela. "Me hicieron firmar papeles sin saber para qué eran... y lo más triste es que ni siquiera se me informó sobre los recursos disponibles", lamentó.
La gota que derramó el vaso llegó apenas horas después de un evento de cierre de campaña realizado en el parque Hidalgo —calificado por asistentes como "raquítico"— donde Balcázar se enteró que desde hace más de 15 días habían sido liberados 550 mil pesos para la campaña... fondos que nunca pasaron por sus manos.
Además, denunció que las personas cercanas al regidor priista, como su hija y yerno, ocupan las principales posiciones en la planilla, situación que, según fuentes internas, provocó que varios posibles candidatos previos declinaran la nominación.
El propio Valenzuela no pudo competir debido a la regla de paridad de género, lo que habría motivado que colocara a alguien de su conveniencia en la candidatura.
Aunque se le preguntó directamente si su retiro implicaba un respaldo al candidato de Movimiento Ciudadano, Dámaris evitó dar una respuesta clara, limitándose a declarar: "Me retiro de la política", con un tono que resumía decepción, hartazgo y traición.
Con esta renuncia no solo queda exhibida la fractura interna del PRI en Las Choapas, sino también una práctica ya común pero profundamente reprobable: usar a mujeres como relleno político, sin estructura, sin recursos y sin el respeto mínimo a su dignidad.
En medio de una elección donde los discursos de equidad abundan, este caso recuerda que el machismo político no siempre se disfraza de violencia verbal... a veces, se presenta como simulación institucional.
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