En plena temporada de altas temperaturas, particulares han optado por incinerar terrenos baldíos como método de limpieza, en lugar de cortar la maleza de forma controlada.
Esta práctica ha generado un aumento en la sensación térmica en diversas zonas del municipio, además de provocar daños al ecosistema.
Habitantes de colonias suburbanas, han reportado un incremento en la presencia de humo y ceniza, así como el desplazamiento o desaparición de fauna que habitaba estos terrenos, como iguanas, serpientes y aves han sido las principales especies impactadas, ante la destrucción de sus espacios naturales por el fuego.
A pesar de que autoridades municipales han exhortado a la población a evitar quemas a cielo abierto, no existe un mecanismo de vigilancia eficaz ni sanciones que frenen la continuidad de estas prácticas.
Los incendios provocados para eliminar vegetación continúan siendo una práctica común, pese a sus consecuencias negativas, por lo que no se descarta la posibilidad que las autoridades puedan sancionar a los responsables.
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