Ejido Los Manantiales, constante escenario de trágicos accidentes; motociclistas en su mayoría

Un tramo carretero que conecta la vida económica de varios de ejidos con el flujo vial más importante del sureste mexicano se ha convertido también en escenario de tragedias constantes. En el tramo comprendido entre los puentes Tonalá I y II, y la comunidad de Marissa, las muertes por accidentes entre motociclistas y vehículos particulares o de carga se han vuelto una alarmante constante.

Tan solo la semana pasada, un vecino del ejido Los Manantiales perdió la vida tras colisionar con un vehículo al intentar incorporarse a la carretera. La víctima, como muchos otros en la región, se desplazaba en motocicleta para llegar a su lugar de trabajo.

No es un caso aislado. Los pobladores afirman que las cifras no oficiales suman muchísimos accidentes fatales en los últimos años, muchos de ellos con el mismo patrón: motociclistas embestidos por autos que circulan a alta velocidad, sin que exista infraestructura vial que permita un acceso seguro a los negocios y comunidades aledañas.

SEÑALAMIENTOS

Los testimonios son contundentes. "Aquí no hay señalamientos, los carros pasan como si fuera autopista libre. Nosotros solo queremos llegar al trabajo o volver a casa sin morir en el intento", comenta con indignación don Juan Bautista, habitante del ejido El Granero, quien ha presenciado más de un accidente en la zona.

La falta de reductores de velocidad en puntos clave como El Burro, acceso a gasolineras y restaurantes, y el entronque hacia ejidos como Los Manantiales, El Aguacate, Mario Hernández Posada y El Granero, ha convertido el trayecto en una trampa mortal, tanto para trabajadores como para clientes de las múltiples talacherías, cafeterías, expendios y comercios que florecen a la orilla de la cinta asfáltica.

Ante este panorama, pobladores de ambas márgenes de la carretera costera han levantado la voz: exigen urgentemente la instalación de señalización visible, límites de velocidad bien marcados y reductores físicos como los que existen en los retornos. Aseguran que estas medidas básicas podrían salvar vidas, porque cada cruz en la orilla es una vida que se pudo salvar.