En el primer trimestre de 2025, Petróleos Mexicanos (Pemex) registró un aumento significativo en sus emisiones contaminantes, alcanzando niveles históricos que han generado preocupación entre expertos y comunidades cercanas a sus instalaciones.
Según datos recientes, la empresa estatal emitió 635.2 mil toneladas de óxidos de azufre entre enero y marzo de 2025, lo que representa un incremento del 21.6% respecto al mismo periodo del año anterior y un aumento del 123.1% en comparación con el primer semestre de 2018 .
Este aumento se atribuye principalmente al incremento en los volúmenes de gas ácido enviados a quema y a la intermitencia en la operación de las plantas recuperadoras de azufre en los complejos procesadores de gas.
En particular, el complejo procesador de gas Nuevo Pemex, ubicado en Tabasco, ha sido señalado por emitir 2.5 veces más contaminantes de los que reporta oficialmente, según un estudio de emisiones de metano realizado por la organización Environmental Defense Fund .
Este hallazgo ha generado preocupación por los posibles efectos adversos en la salud de las comunidades cercanas, incluyendo riesgos para el sistema respiratorio y otros órganos vitales
A pesar de estos desafíos, Pemex ha anunciado planes para reducir sus emisiones contaminantes. En diciembre de 2022, la empresa aprobó un plan de negocios que incluye inversiones por 11,971 millones de dólares entre 2023 y 2028, destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las acciones contempladas incluyen la construcción de plantas coquizadoras en las refinerías de Tula y Salina Cruz para dejar de producir combustóleo, la producción de diésel de ultra bajo azufre y el incremento en la cogeneración de electricidad .
Sin embargo, expertos han expresado dudas sobre la efectividad de estas medidas, señalando que la falta de inversión en infraestructura y la ineficiencia operativa han contribuido al aumento de las emisiones.
Además, se ha señalado que Pemex ha incumplido compromisos anteriores para reducir la quema de gas, lo que pone en entredicho su capacidad para cumplir con los objetivos ambientales establecidos .
La situación actual de Pemex destaca la necesidad urgente de implementar acciones efectivas para reducir las emisiones contaminantes y mitigar los impactos en la salud pública y el medio ambiente.
La empresa enfrenta el desafío de equilibrar su papel en la autosuficiencia energética del país con la responsabilidad de operar de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
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