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México es el país que más refresco consume, ¿en Veracruz cuanto toma una persona al año?
Las cifras sobre el alto consumo de estas bebidas han causado preocupación por el impacto en la salud pública
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México se mantiene como el mayor consumidor de refrescos per cápita a nivel mundial, con un promedio de 163 litros anuales por persona, según datos de la firma de análisis Euromonitor International.
Esta cifra supera en más del 40% el consumo de Estados Unidos y multiplica por seis el promedio global, el alto consumo de estas bebidas se ha relacionado directamente con el aumento de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, obesidad e hipertensión.
Entre los estados con mayor consumo destaca Veracruz, que registra un estimado de alrededor de 250 litros por persona al año, de acuerdo con estudios realizados por expertos en salud pública y datos recopilados por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt),esta cifra coloca a la entidad dentro de los cinco estados con más alto consumo, junto con Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Campeche.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), el 73% de los adultos mexicanos presenta sobrepeso u obesidad, y el 14% vive con diabetes tipo 2. Más del 35% de los adolescentes también enfrenta problemas de peso, lo que indica una crisis de salud pública impulsada por la alta ingesta de azúcar.
La Secretaría de Salud federal estima que el 7% de las muertes en México están relacionadas directamente con el consumo de bebidas azucaradas, lo que convierte este problema en uno de los más graves desafíos sanitarios del país.
CLIMA Y ARRAIGO CULTURAL FACTORES DEL CONSUMO EN VERACRUZ
Por lo general en diversas regiones de Veracruz, factores como el clima cálido, acceso limitado a agua potable, bajos precios del refresco y arraigo cultural en su consumo han favorecido un entorno donde las bebidas azucaradas se integran a la dieta diaria, consumiendose desde el desayuno, la comida y hasta en la cena.
Nutriólogos locales y médicos advierten que, en muchas comunidades, el refresco ha dejado de ser una bebida ocasional para convertirse en una fuente frecuente de hidratación, incluso en niños.
"El refresco es más accesible que el agua embotellada en muchas zonas rurales, y eso lo vuelve la opción preferida", señaló para El Economista.com, la especialista en nutrición Yeni Zetina.
EL CASO DE CONSUMO MÁS GRAVE ES CHIAPAS
El fenómeno, que ya genera graves consecuencias de salud en estados como Chiapas, donde el consumo per cápita supera los 800 litros anuales, también preocupa a las autoridades veracruzanas, además reportes de la Secretaría de Salud estatal indican un incremento constante en casos de diabetes, obesidad infantil y enfermedades cardiovasculares vinculadas al consumo elevado de azúcar.
A nivel nacional, el Gobierno de México ha implementado diversas estrategias para disminuir el consumo de refrescos:
Impuesto especial a bebidas azucaradas (IEPS): Aplicado desde 2014, establece un cobro de 1 peso por litro. Aunque tuvo una leve reducción en el consumo inicial (estimada en 7.5%), estudios más recientes del Colegio de México apuntan que el impacto a largo plazo ha sido limitado.
Etiquetado frontal de advertencia: Desde octubre de 2020, los productos con alto contenido calórico o de azúcar deben portar sellos negros con leyendas como "Exceso de Azúcar". De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, esta medida ha mejorado el nivel de conciencia del consumidor y motivado a algunas marcas a reformular sus productos.
Prohibición de venta en escuelas: En 2025, la Secretaría de Educación Pública (SEP) activó el programa "Vida saludable en las escuelas", que prohíbe la venta de refrescos y alimentos ultraprocesados en planteles públicos. Veracruz ha comenzado a implementar esta medida, sumándose a otras entidades como Oaxaca y Tabasco, que adoptaron políticas similares desde 2020.
En el ámbito local, algunas escuelas veracruzanas han tomado acciones específicas, como sustituir las máquinas expendedoras por dispensadores de agua purificada y ofrecer charlas de nutrición para alumnos y padres.
¿NO SE PUEDE INHIBIR EL CONSUMO DE REFRESCOS EN MÉXICO?
Especialistas en salud pública coinciden en que, si bien las políticas actuales han mostrado avances, el consumo de refrescos sigue siendo un problema estructural en México,la nutricionista Yeni Zetina advierte que las campañas de concientización deben ir acompañadas de mejoras en el acceso al agua potable, especialmente en comunidades marginadas.
"El impuesto, el etiquetado y las prohibiciones en escuelas son útiles, pero no cambian la realidad de quienes no tienen agua limpia en casa. Mientras eso no se resuelva, el refresco seguirá siendo la opción más fácil y económica", señaló Zetina.
Adicionalmente, expertos proponen aumentar el impuesto al refresco, reforzar la educación nutricional desde la infancia, y establecer mayores controles sobre la publicidad dirigida a menores.
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