La reciente "Operación Telaraña" realizada por Ucrania en territorio ruso causó un enorme impacto tanto a nivel militar como político. Se trata de un ataque con drones, que de acuerdo a fuentes ucranianas demoró 18 meses de planeación, ya que no solo busca hacer daño a las fuerzas aéreas rusas, sino que también quiere mandar un mensaje contundente acerca de la determinación de Ucrania de continuar peleando.
La "Operación Telaraña" fue un ataque coordinado con drones contra bases aéreas rusas, presuntamente orquestado por el Servicio de Seguridad ucraniano (SBU).
De acuerdo a informes filtrados a los medios, la operación involucró el contrabando de decenas de pequeños drones mediante la frontera rusa, ocultos en camiones de carga. Estos drones fueron posteriormente transportados a distintas ubicaciones estratégicas y lanzados de manera remota contra bases aéreas cercanas.
La finalidad principal de la "Operación Telaraña" era dañar o destruir bombarderos estratégicos rusos, sobre todo los modelos Tu-95, Tu-22 y Tu-160, usados para lanzar ataques de largo alcance contra Ucrania, que ya no se fabrican, por lo tanto, es imposible sustituirlos y muy complicado repararlos. De acuerdo con el analista de defensa Serhii Kuzan, estos bombarderos son esenciales para la capacidad ofensiva de Rusia, y Ucrania habría conseguido llegar a un número significativo de estos atentados.
Pese a que, por el momento, no ha podido verificar de manera independiente las declaraciones de parte de Ucrania de daños por valor de 7 mil millones de dólares, el ataque ha tenido una gran repercusión importante en la percepción de seguridad de Rusia.
El bloguero militar ucraniano Oleksandr Kovalenko detalla que, incluso si los aviones no fueron destruidos en su totalidad, el daño es considerable y complicado de reparar para el complejo militar-industrial ruso. Kovalenko destaca la probable pérdida de dos bombarderos supersónicos Tu-160, calificándolos de "unicornios" de la flota rusa. "Hoy, las Fuerzas Aeroespaciales rusas han perdido no solo dos de sus aviones más raros, sino dos verdaderos unicornios de la manada", compartió en su canal de Telegram.
Aunado al daño físico, la "Operación Telaraña" tiene el objetivo de mandar un mensaje tanto a Rusia como a los aliados occidentales de Ucrania. En primer lugar, Ucrania quiere demostrar a Rusia que sigue siendo capaz de llevar a cabo operaciones ofensivas en su territorio, desafiando la narrativa de un conflicto estancado. En segundo lugar, Ucrania busca reafirmar su determinación de continuar luchando.
Un funcionario del gobierno de Kiev, citado por Svyatoslav Khomenko de la BBC, manifestó su frustración ante la idea de que Estados Unidos esté actuando como si su papel fuera negociar las condiciones de rendición de Ucrania. La operación actual ucraniana busca demostrar que tiene "cartas" para jugar y que no está dispuesta a rendirse.
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