La nueva serie argentina de ciencia ficción en Netflix, El Eternauta, ha dejado a la audiencia con más preguntas que respuestas. Inspirada en la histórica historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, la ficción dirigida por Bruno Stagnaro reinventa la tragedia de Juan Salvo y sus compañeros en una Buenos Aires postapocalíptica y nosotros exploraremos la serie para explicar su final, no sin antes dar una ALERTA DE SPOILERS.
La historia arranca con una fiesta inocente en un velero, donde Clara y sus amigas ven una aurora boreal antes de que una nevada tóxica arrase con la vida humana. Paralelamente, Juan Salvo (Ricardo Darín) y sus amigos juegan al truco en una casa mientras el desastre se desata.
El grupo se da cuenta del nivel de la amenaza cuando se enteran que la nieve es letal y que el mundo exterior está plagado de cadáveres. La supervivencia se vuelve su único objetivo. Tras esto, el hallazgo de que los dispositivos antiguos aún funcionan, marcan el comienzo de una serie de misiones peligrosas para encontrar a sus seres queridos y entender qué está ocurriendo.
Juan se lanza a buscar a su exesposa Elena y a su hija Clara, encontrando una ciudad devastada y hostil, donde la amenaza no solo viene del cielo, sino también de otros humanos. A lo largo de su recorrido, Juan comienza a experimentar visiones perturbadoras que lo llevan a revivir su tiempo como combatiente en la Guerra de Malvinas, e incluso a tener destellos de un posible futuro.
Durante las excursiones el grupo atraviesa encuentros con monstruos alienígenas, revelaciones militares y alianzas frágiles, que los obligan a reorganizar su plan original: llegar a la casa del Tano en la isla Tigre, donde esperan encontrar seguridad.
Durante el trayecto al supuesto refugio, llegan a una base militar tras encontrarse a Lucas, un viejo conocido. Allí, los sobrevivientes son reclutados y entrenados por el ejército, pero la seguridad es una ilusión: uno de los oficiales, Moro, resulta ser un infiltrado que trabaja para los alienígenas.
A pesar de las advertencias, Juan y Favalli se unen a una misión para enviar un mensaje de esperanza por radio. Aunque logran transmitir la señal, el costo es alto: Pablo e Inga se pierden, Lucas se quita la vida, y una misteriosa luz guía a Juan hacia una verdad aterradora.
En la escena final, Juan descubre que algunos sobrevivientes y soldados no son lo que parecen. Están controlados por una entidad superior, un ser con múltiples dedos que representa el verdadero poder detrás de la invasión. Esta revelación encaja con sus visiones anteriores y su sensación de haber vivido todo antes.
Las respuestas no son claras sobre si Juan está atrapado en un bucle de tiempo o sí es parte de los experimentos alienígenas. La decisión de su hija Clara de unirse al ejército, pese a las súplicas de su padre, deja una última señal inquietante: ella también podría estar bajo el control de esta fuerza. Su comportamiento errático y su pérdida de memoria de ciertos momentos así lo sugieren.
El Eternauta no cierra su historia con certeza, sino con preguntas abiertas que invitan a la reflexión. La serie no solo es una denuncia de la invasión alienígena, sino también una metáfora del control, la repetición histórica y la lucha por mantener la humanidad ante lo desconocido. El destino de Juan Salvo, marcado por la resistencia y el dolor, queda suspendido en el tiempo como si estuviera condenado a revivir eternamente la misma historia.
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