En medio de una creciente presión financiera, Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el 2024 con una deuda que asciende a 506 mil 153 millones de pesos, una cifra que enciende las alertas en el sector energético.
A pesar de los esfuerzos del gobierno de Claudia Sheinbaum por proyectar confianza y estabilidad al sector y los mercados, las protestas de proveedores no han cesado. Las quejas se multiplican por la falta de pagos, una situación que pone en entredicho la imagen de Pemex, que lleva Víctor Rodríguez.
La petrolera no ha saldado sus deudas con las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que son justamente las que enfrentan mayores dificultades financieras y que hoy encabezan las protestas en diversos estados petroleros.
Desde diciembre de 2024, Sheinbaum señaló que ya había comenzado a abonar pagos a los proveedores y contratistas para cubrir la deuda de Pemex. Pero esta sigue subiendo.
Hasta la fecha, el Gobierno mexicano ha logrado cubrir una pequeña parte del adeudo total de más de 506.1 millones de pesos, equivalente a 24 mil 973 millones de dólares. Se ha logrado pagar solo el 29 por ciento, es decir, unos 150 mil millones de pesos o 7 mil 500 millones de dólares.
Las empresas proveedoras de servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentran operando a 50 por ciento de su capacidad, derivado de la falta de pagos por parte de la petrolera, una situación que además ha provocado la pérdida de 13 mil 700 empleos de alta especialidad en un sector que no podrá recuperarse en plazo no menor a cinco años.
Ante esto, el presidente de AMESPAC insistió en que el problema con la proveeduría sigue muy fuerte, y la recuperación de la capacidad perdida podría llevar de tres a cinco años.
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