Debido a ala nueva estructura operativa de Pemex, las pérdidas financieras ya no parecen alarmar: se consideran parte de la deuda nacional. No obstante, los datos del primer trimestre de 2025 reflejan un escenario crítico que pone en duda la viabilidad de sus operaciones para el resto del año.
La deuda con proveedores, reconocida vía COPADES, bajó de 506 a 404 mil millones de pesos. A eso se suma un incremento de 25 mil millones de pesos en el pago de derechos bajo la nueva fórmula del "Derecho del Petróleo del Bienestar". Siendo una situación que limita bastante el flujo de efectivo disponible para inversión.
Pemex cuenta con un presupuesto anual aprobado de 211 mil millones de pesos en inversión presupuestal (CAPEX), de los cuales ya ha ejercido el 49 por ciento. Mientras que el gasto de capital, ha sido de 57 por ciento de los últimos 127 mil millones asignados. Esto deja apenas 83 mil millones en inversión y 29 mil millones en CAPEX para mantener operaciones, perforar nuevos pozos y pagar a proveedores.
Por su parte, Exploración y Producción, que concentra el 85 por ciento de la inversión presupuestal, así como el 80 por ciento del CAPEX, es el área más afectada. La empresa ha perforado solamente 17 de los 225 pozos programados para este año, lo que simboliza solo el 8 por ciento de la meta. La mayoría de los campos que generan producción incremental son de alta temperatura y presión, lo que dispara el costo promedio de perforación hasta al triple.
Asimismo, la producción actual de petróleo crudo es de 1.615 millones de barriles al día, 205 mil barriles menos que el año pasado. En gas natural, la producción es de 3 mil 502 millones de pies cúbicos diarios, también por debajo del promedio de 2024.
La situación empeora con el desplome en ingresos por la venta de combustibles, en parte debido a la estrategia de mantener precios bajos para el consumidor final. Pemex pierde entre 1 y 1.5 pesos por litro en terminales de almacenamiento, afectando el 40 por ciento de sus ingresos totales.
Aunado a esto, Pemex enfrenta vencimientos de deuda por 6.4 mil millones de dólares en 2025 y 18.7 mil millones en 2026, lo que orilla a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a intervenir para evitar una afectación a la calificación crediticia del país.
Ante este escenario, la opción más plausible para asegurar operaciones es acelerar la implementación de contratos mixtos, ya sea en asignaciones actuales o nuevas adjudicaciones por parte de la Secretaría de Energía (Sener). Estos contratos permitirían compartir riesgos, además de acelerar la producción, siempre y cuando las partes logren generar ingresos suficientes para cubrir los costos de operación y desarrollo.
La urgencia es clara: sin una inyección extraordinaria de recursos o esquemas mixtos ágiles, Pemex enfrentaría una caída operativa más severa a partir del tercer trimestre.
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