La petrolera estatal Pemex cerró el 2024 con una deuda que asciende a 506 mil 153 millones de pesos, una cifra que ha generado alarma en el sector energético y entre las empresas proveedoras, ya que a pesar de los esfuerzos del gobierno para proyectar estabilidad, solo se ha logrado cubrir el 29% de esta deuda, lo que equivale a aproximadamente 150 mil millones de pesos (o 7,500 millones de dólares).
Este lento proceso de pagos ha encendido las protestas y la incertidumbre entre aquellos que dependen de estos recursos para sostener sus operaciones.
Las compañías, que representan una parte fundamental de la cadena de suministro de Pemex, enfrentan serios problemas de liquidez al ver postergados sus pagos.
Entre los principales acreedores se encuentran algunas de las empresas de servicios petroleros más reconocidas a nivel internacional. Según la información recabada, Pemex mantiene obligaciones pendientes con los siguientes proveedores:
Estos montos, que conforman parte del total pendiente, ilustran el alcance del compromiso financiero que tiene la estatal y la magnitud de la crisis de liquidez que afecta a los proveedores, muchos de ellos pymes con escasos recursos para sobrellevar retrasos en los pagos.
Jeanette Leyva explica que, pese a que Pemex ha solicitado créditos para intentar saldar sus adeudos con pequeños proveedores, las grandes deudas persisten. Por ello, la petrolera ha sido cuestionada por empresarios locales, especialmente aquellos que no han recibido más que promesas de pago.
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